Podemos afirmar sin miedo a equivocarnos, que el mayor valor de nuestro pueblo lo encontramos en aquellas personas que han contribuido con sus logros a mejorar la vida de nuestros vecinos ya convertir Torrent en una gran ciudad que avanza día a día y que mira hacia al futuro con ilusión, manteniendo vivo ese espíritu de pueblo, que respeta y promueve sus tradiciones.
El título honorífico de Hijo Predilecto, en este caso Hija Predilecta, es la mayor distinción que concede un municipio a una persona nacida allí, en señal de gratitud y reconocimiento a sus valores profesionales y humanos.
A lo largo de la historia de Torrent han sido merecedoras de esta distinción un selecto grupo de personas excepcionales que han destacado por sus cualidades o méritos personales o por servicios a la sociedad, con una notable consideración en el sentir popular. La labor de muchas de esas personas aveces está alejada de los focos mediáticos, como es el caso de Rosa Ortí Mateu.
Rosa nació en la calle de Sant Tomàs de Torrent en plena posguerra, cuando la gran ciudad que hoy conocemos era una villa rural y sus habitantes vivían principalmente del campo. Una época que muchos de nosotros recordamos con añoranza, y que no hace mucho se plasmó de forma casi fotográfica en el libro La calle de Sant Onofre, una obra que nos recordaba nuestros orígenes para entender hacia dónde vamos.
Desde pequeña, y de forma permanente, Rosa ha dedicado su vida a hacer el bien, a educar y enseñar, siempre escuchando las necesidades de los pueblos. Una tarea que ha llevado a cabo desde su congregación religiosa, desde donde ha colaborado para llevar a cabo iniciativas…
