La concesión del título de Hijo Adoptivo de un municipio constituye, junto con el de Hijo Predilecto, la mayor distinción que otorga una ciudad y recae en aquellas personas que, a pesar de no haber nacido en el pueblo, han destacado, de forma extraordinaria, por cualidades o méritos personales o por servicios en beneficio u honor del municipio y que han logrado una consideración unánime en el sentir popular.
Cuando pensamos en una característica extraordinaria de Torrent, en lo que nos diferencia y nos hace especiales, sin duda pensamos en nuestra gente. Nuestro mejor valor lo encontramos en aquellas personas que han conseguido logros personales y profesionales que han contribuido a mejorar la vida de los vecinos ya transformar nuestro pueblo en lo que es hoy en día: una gran ciudad, moderna e innovadora, que avanza día a día y que mira al futuro con ilusión. Una ciudad que mantiene su espíritu de pueblo, que respeta y vive con sus tradiciones y festividades, que promociona su cultura y fomenta la participación ciudadana.
Y si hablamos de cultura y participación ciudadana, inevitablemente debemos hablar de Alfred Domínguez Ibáñez. La marca dejada por Alfred en Torrent y también en nuestra comarca se mantendrá siempre en la memoria de un pueblo que ha sabido reconocer su labor durante décadas desde dentro y fuera de “su” Tirant lo Blanc o de “su” Universidad de Mayores , y se ha convertido en un verdadero referente para generaciones de torrentinos ytorrentinas, a los que ha sabido transmitir sus conocimientos y su importancia devalorar, por encima de todo, el uso del diálogo como mejor herramienta para una convivenciapacífica
Comprometido con la igualdad de oportunidades, Alfred Domínguez ha hecho valer la fuerza de la palabra para defender sus ideas y creencias, tanto en su etapa académica como durante su paso por la política. Formó parte de un equipo de gobierno que impulsó la vida cultural de la ciudad y dejó su huella en cada escultura de nuestras calles, en cada libro de nuestras bibliotecas y museos, en la proyección de nuestras fiestas y en la recuperación de tradiciones, en nuestro Auditorio o en la defensa de nuestra lengua, a lo largo de dos legislaturas. Y lo hizo con un estilo muy personal, tranquilo pero constante, siempre cordial y educado, con prudencia, honestidad y eficiencia, para dejar un legado cultural que ha traspasado fronteras…
